El lupus es una enfermedad autoinmunitaria crónica y compleja que puede afectar las articulaciones, la piel, el cerebro, los pulmones, los riñones y los vasos sanguíneos de manera que provoca inflamación generalizada y daño del tejido en los órganos afectados (ficha informativa de los CDC). A continuación, encontrará algunos datos básicos sobre la enfermedad, los síntomas, el diagnóstico y el tratamiento.
El tipo más común de lupus se denomina lupus eritematoso sistémico (LES), que afecta muchas partes del cuerpo. Los siguientes son otros tipos de lupus:
- Lupus cutáneo: causa erupciones o lesiones en la piel, por lo general, cuando se la expone a la luz solar.
- Lupus inducido por medicamentos: similar al LES, es provocado por una reacción desmesurada a ciertos medicamentos. Los síntomas, por lo general, desaparecen cuando se suspende el medicamento.
- Lupus neonatal: ocurre cuando un lactante adquiere autoanticuerpos de su madre con LES (los autoanticuerpos son proteínas inmunes que por error atacan y dañan los propios tejidos u órganos de la persona). Mientras que los problemas de la piel, el hígado y la sangre desaparecen en seis meses, el problema más grave, que es el bloqueo cardíaco congénito, requiere la colocación de un marcapasos (ficha informativa básica por Internet de los CDC).
- Si bien el lupus puede afectar a cualquier persona, es más frecuente en las mujeres. De hecho, nueve de cada diez adultos con la enfermedad son mujeres. También es más común en las mujeres afroamericanas, hispanas, asiáticas y nativas americanas que en las mujeres caucásicas.
Aunque aún se desconoce la causa del lupus, existe evidencia concreta de la influencia de la genética, la epigenética (cambios en los cromosomas que afectan la actividad genética), los factores ambientales, los virus y las infecciones. Se espera que los próximos estudios de estas variables nos ayuden a entender mejor las causas de la enfermedad, lo que debería llevar a un mejor diagnóstico, pronóstico, prevención y tratamiento.